Si hay algo que caracteriza a nuestra epoca, entre todas las cosas que padecemos, es la de la cultura de la imagen, imagen impuesta no se sabe bien por quien y de la cual no se tiene mucha conciencia de sus limites.
Si bien cada hombre vive su momento historico, esta bueno plantearse que hubiese sucedido si en epocas anteriores ante una sobre valoracion de lo externo o del "envase". Pues bien, entonces imaginemonos al mismisimo Jesus si el pobre hubiese padecido mal aspecto, siempre y cuando el aspecto del que tenemos idea o el que nos han impuesto es tal, ya que muchos son los que sostienen que por la region en la que nacio el hijo de Dios, pocos son los rasgos tan occidentales y tan bellos como los que Holliwood le aporto. Mas aca en la historia y en la geografia, nuestro mismisimo Jose de San Martin era un hombre de aspecto varonil y con mirada fuerte, siempre en un caballo blanco y con una estampa majestuosa.
No es la idea sacarle merito a nadie, lo que quiero graficar con esto es que las imagenes y los simbolos a lo que estamos acostumbrados a ver nos llevan a cierto consumo que se transmite en cada accion de nuestras vidas.
Asi es como nos enamoramos, nos enojamos, nos reimos y vivimos a cada momento, guiados por el mandato de las imagenes que nos imponen de los mas diversos lugares, de cuyas influencia no tenemos la menor conciencia.
Cuando elegimos una remera por ejemplo, no estamos eligiendo una calidad de tela, estamos pagando por una marca o por un dibujo impreso, ambos dos nos posicionaran en aquel sector del publico que seamos parte o del que deseamos pertenecer.
El hecho de fumar por ejemplo, conlleva una postura de vida antes que un vicio en si mismo, puede que la forma de entrar a este vicio sea justamente por una postura que nos ubica otra vez en un sector de pertenencia.
A la hora de enamorarnos sucede lo mismo, el autoengaño de adjudicarle caracteristicas especiales a personas que solo nos gustan por lo externo termina casi siempre por hacernos caer en el barranco, muchas relaciones naufragan ante el fragor de la vida cotidiana, donde se acaba el glamour de la imagen y donde subyace lo verdadero que esta detras del envase.
La imagen no solo se atribuye a caracteristicas fisicas claro esta, sino tambien a cuestiones materiales, un modelo de automovil, de telefono celular, o un estilo de vestir acaban por definir una imagen que convierte a las personas en productos, que salen al mercado para ser consumidos.
Que es lo que sucede con los productos que quedan en la gondola? Bueno, supongo que los tiran, en el caso de las personas es muy posible que el hecho de ser marginadas despierten ciertos resentimiento que, oh casualidad se parece mucho a cierto efecto social que vemos dia a dia.
La imagen no es nada, la sed es todo, decia una publicidad, en fin, puede que no sea nada pero abarca mas de nuestras vidas de lo que creemos y no creo que haya que subestimarla, y esta en nosotros dejar que eso nos transforme o nos eduque, o, lo que es peor, que se convierta en el motor de nuestras vidas.
